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¡Hay una anciana en mi escuela!

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Tximeleta

¡Hay una anciana en mi escuela!

Martina lleva un buen rato con Josefa y ya empieza a cansarse de escuchar toda su retahíla de enfermedades. Josefa es buena persona, enseguida hicieron migas cuando Martina entró a vivir en la residencia de ancianos hace tres años, pero a veces le aburre tanta conversación de viejas, como dice ella. Prefiere salir un rato al jardín y sentarse en un banco a ver cómo juegan l@s pequeñ@s de la escuela infantil. 

Verles cómo corren de aquí para allá, cómo juegan con jolgorio en el arenero o cómo pedalean emocionad@s en sus triciclos  le llena de placer. Hay un pequeño rubio que le gusta especialmente. Todos los días le saluda y ayer se le acercó con un cuento para que se lo leyera.

Es una suerte que residencia y escuela infantil compartan el mismo jardín.

A su lado pasa Jesús Manuel en su silla de ruedas, le saluda simpático con un comentario jocoso. “Qué bien le funciona la cabeza a este hombre a sus 89 años”- piensa Martina. Es un chaval de la escuela de primaria el que le acerca al edificio de la residencia, como todas las mañanas La escuela está en el mismo recinto, aunque un poco más alejada. Jesús Manuel acude diariamente a echarles una mano en el taller de carpintería y a contarles historias antiguas de esas que sabe él, de cuando trabajaba de marino mercante.

A Martina le van más l@s pequeñ@s de la escuela infantil, pero alguna vez también se acerca hasta la de primaria, sobretodo para charlar  con Jacinta, su compañera de habitación en la residencia, y con l@s niñ@s con los que ésta comparte el cuidado de la huerta y de las flores de la escuela. Pasa allí prácticamente toda el día, siempre entretenida, pues si no está plantando bulbos de tulipán con l@s de un curso está dando instrucciones a l@s de otro sobre cómo escardar.

La mañana se pasa rápido en compañía de l@s pequeñ@s. Pronto llega la hora de comer. Esta semana comparten mesa con l@s emplead@s de una empresa, que asisten a unas jornadas de formación en las aulas que la residencia ofrece para ese tipo de actividades. El mes pasado hubo un@s alumn@s de una escuela de teatro, también de curso en este mismo espacio. En general suele ser jóvenes muy amables y Martina agradece mucho tener gente nueva con la que charlar y a las que pueda volver a contar sus ya mil u una vez relatadas historias de juventud.

Este relato es una invención pero bien pudiera ser una historia real si las residencias de ancianos y las escuelas atendieran a una filosofía diferente. ¿Por qué han de ser centros aislados del resto de la sociedad?

A much@s ancian@s se les alegra el día con sólo tener la oportunidad de poder observar a un(a) niñ@ jugando. Y qué decir si además pueden sentirse útiles compartiendo algo con l@s pequeñ@s. El intercambio les aporta una razón de vivir, de la que de otro modo a menudo carecen.

Y para l@s niñ@s, cuánto aprendizaje les reporta la relación con un@s adult@s con características tan diferentes de las de sus padres y educador@ s, con esas arrugas en la cara, pelo blanco, movimientos tan lentos, memoria dudosa y tiempo, sobretodo tanta disponibilidad de tiempo para compartir.

Estas mismas reflexiones las ha tenido mucha gente anteriormente y algun@s de ell@s, especialmente en otros países, se han puesto manos a la obra para construir espacios semejantes al descrito en el relato.

Estos son algunos interesantes proyectos:

  • Petits freres: centre de relation de generations (Nouan-Le-Fuzelier, Sologne, Francia). Es un centro intergeneracional integrado en una reserva natural. Integra una residencia de ancian@s, alojamiento de vacaciones para familias, un albergue donde se ofrecen actividades a centros escolares y espacios para encuentros de empresas o asociaciones. Comparten comedor, salas de descanso y espacio exterior.
  • Centro intergeneracional de Ourense: se trata de un edificio con un centro de día para ancian@s y una escuela infantil. Los dos espacios, uno frente al otro, están acristalados, de modo que en todo momento hay un contacto visual entre ambos grupos y disponen de un patio utilizado tanto por l@s niñ@s como por l@s ancian@s. 
  • Centre Marpa (Souvigny de Touraine. Francia): Espacio que combina una residencia de ancian@s y una escuela de primaria. Comparten comedor al mediodía y el espacio en el rato de recreo, además de actividades como clases de lectura, de cocina, jardinería, ayuda con las tareas…
  • Se puede ver un reportaje sobre esta escuela aquí https://www.youtube.com/watch?v=vLugjkIuN6Q
  • Saint vincent school (Seattle, USA): centro en el que conviven ancian@s y niñ@s, todxs ellxs protagonistas de la preciosa película documental “Growing season/ Present Perfect”.

Tanto el tráiler (gratuito) como la grabación completa (en alquiler) se pueden ver aquí

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