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Comisión de limpieza al habla

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Tximeleta

Comisión de limpieza al habla

Podría decirse que el espacio que ocupa la Escuela Tximeleta, contando con su interior y exterior, es similar al de una típica escuela infantil como la de cualquier pueblo o barrio: sus recibidores a pie de calle, sus correspondientes pasillos, tres amplias salas con materiales de aprendizaje para diferentes etapas del desarrollo infantil, un taller con su almacén de materiales, una sala de psicomotricidad y pintura, un comedor multifuncional, cocina, dos despensas,  dos baños, almacén y un gran espacio exterior y natural con el que no todas las escuelas pueden contar.

Para mantener la limpieza, una escuela similar a la nuestra suele contar con una persona a jornada completa. A veces añadiendo otra persona a media jornada.

Según el “Convenio Colectivo del sector Limpieza de Edificios y Locales de Navarra” en vigor, un puesto de “Peón de Limpieza” tiene un coste de 19.177,44 € al año. Pues bien, esa cantidad de dinero es la que pretendemos ahorrarnos estableciendo unos turnos rotarios de limpieza entre las familias del colectivo ya que un proyecto autogestionado y autofinanciado como Tximeleta no puede permitirse ese gasto y lo debemos asumir de otra manera.

La Comisión de Limpieza, compuesta por dos personas,  es la encargada de organizar y gestionar todo lo relacionado con la limpieza del edificio y su exterior. Para ello se organizan unos turnos rotatorios involucrando a todo el colectivo,  en los que tres familias por semana se encargan de limpiar la escuela. Pero además, desde esta comisión, se supervisan los productos y materiales, su orden y su stock, que se estén respetando los turnos y se hagan las labores adecuadamente, acoger las particularidades de cada momento y estar encima de las familias para la realización de una tarea que nunca nos viene bien a nadie pero que es necesaria.

Para organizarnos hemos divido la escuela en tres zonas, repartiendo todos los espacios entre ellas. Cada familia del turno se encarga de limpiar a fondo durante el fin de semana su zona correspondiente. Uno de estos turnos, además, hace un repaso entre semana de algunas de las zonas más usadas. Nos organizamos con la ayuda de un calendario rotatorio de tal forma que todas las familias pasan por las tres zonas al menos una vez al año.

En este cometido contamos con la inestimable ayuda de nuestros hijos e hijas. Ellos y ellas tienen asignadas determinadas labores diarias en las que, dentro de sus capacidades y habilidades, echan una mano en el orden y la limpieza cotidiana de la escuela. Pequeñas labores de mantenimiento de la limpieza como barrer pasillos, limpiar comedor, darle una pasada al baño, etc. que les hace implicarse en el cuidado de su escuela.

Además, hacemos tres auzolanes de limpieza al año: justo antes del comienzo del curso, en vacaciones de Navidad y en vacaciones de Semana Santa. Esto nos sirve para dejar la escuela a punto antes de comenzarla. Lo que en estos auzolanes se hace es, además de la limpieza general de la escuela,  profundizar en tareas que no se hacen habitualmente (lavado de telas, alfombras, etc.). También otras tareas que no hacen falta revisarlas semanalmente pero a los meses sí que se acumula suciedad y ya llega la hora de darle una mano (aluminios, repisas, etc.). Y también llevar la limpieza a donde el legítimo derecho a la pereza nos ha impedido llevarlas en los turnos habituales.

De modo general, las familias funcionamos muy bien en esta tarea, así que se hace cómodo y fácil trabajar con este grupo  de personas. Es lógico que haya olvidos y despistes pero lo importante es poder resolverlos y que la escuela esté bien. No es agradable para nadie usar una parte del fin de semana en meter cuatro o cinco horas limpiando, pensando en lo bien que estaríamos en el monte o en la plaza o metiendo ese esfuerzo en la limpieza de mi casa. Pero este esfuerzo, por un lado, nos supone un gran ahorro económico y, por otro, supone una conexión con la escuela como algo propio y a ser cuidado.

La prescripción no es “limpia como si fuera tu casa” sino “limpia como si fuera la casa de los demás”

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